martes, 12 de enero de 2010


"El café, como ritual, como misterio masculilno, tenía para Roberto dos colores de atracción. El de sus momentos solitarios (cuando, aislado en la niebla perfumada que despedía el pocillo, llegaba inconscientemente a conquistar cierto aspecto de visionario beatífico) y el de sus espaciados encuentros con Asdrúbal y Jaime, prolongados por lo común hasta la madrugada, cuando, cada vez más desvelados, cada vez más despiertos, se aventuraban -sin método y sin meta- hacia temas elásticos, limpios, potenciales"


...como ya se habran dado cuenta, no soy un buen chico, tienen de seguro muchas cosas que reprocharme, pero quiero que sepan que realmente valoro su amistad, si, lo disimulo bastante bien, y se que tengo que corregir esos defectos para no perder la inmerecida compañia de ustedes (en mi caso, creo que toda compañia es inmerecida), porque realmente disfruto de las charlas que tenemos, aprendo mucho de sus vivencias y su forma de ver los asuntos...hoy mientras leia esto me acorde de uds, y me dieron ganas de que nos volvamos a juntar en algun cafe, o en tu casa, y como sucede casi siempre, charlar hasta la madrugada...


y como dice uno de uds, gracias por todo y perdon por tan poco...

2 comentarios:

  1. En los peores antros a las peores horas estan llenos de la mejor gente...

    EL timbre es el D...

    Abrazo

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  2. Los cafes están siempre abiertos! No problem!
    Osvaldo

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